Sábado 27 de mayo, 23:00H
Teatro de Orcera
Dos figuras históricas
¿Cada cuántos años surge un cantaor o un guitarrista de flamenco destinados a unir pasado, presente y futuro del género? ¿Y que tengan un talento tan monumental que deslumbre desde la infancia? Y cuando eso llega a ocurrir, ¿cuántas posibilidades hay de que coexistan en el mismo plano de espacio y tiempo?
Solamente una: la que ha unido felizmente, aquí y ahora, a Israel Fernández y Diego del Morao. Qué suerte la nuestra de compartir época con ellos.
En Israel y en Diego coexisten dos mundos, el antiguo y el contemporáneo. Uno ha conseguido rejuvenecer el cante de antaño para dotarlo de elementos nuevos y hacerlo llegar a la afición actual. Y el otro cuenta con la virtud, entre muchas otras, de sonar clásico y moderno al mismo tiempo.
En el joven cantaor toledano se da una circunstancia especial, y es que su voz está impregnada de un espectro muy amplio de características donde el desgarro, el pellizco y lo gitano conviven con la velocidad, la dulzura y la musicalidad. Israel representa el presente del flamenco y está llamado a hacer historia en este arte. A pesar de su juventud, se ha convertido en un referente para los aficionados al cante y para sus propios compañeros. Entre sus cualidades, destaca su enorme personalidad, la afinación perfecta, un dominio endiablado del ritmo y un entusiasmo desmedido hacia un arte que representa su manera de vivir.
En el caso de Diego, hablamos de uno de los guitarristas flamencos más reconocidos del momento, tanto a nivel nacional como internacional. Considerado por muchos como el número 1 actual, cuenta con una legión de seguidores enamorados de su personalidad y de su apasionado sentido del compás. Diego ha sido capaz de crear su propia música, su propio estilo, sin perderle el respeto a la tradición a su escuela familiar; posiblemente su toque sea uno de los más reconocibles entre los guitarristas actuales.